Muchas de las técnicas y procedimientos sobre los que hablo en esta web buscan, entre otras muchas cosas, que los estudiantes y las estudiantes de ilustración consigan encontrar y desarrollar un sistema de trabajo que sea cómodo y eficiente. Mis propuestas obviamente son personales, pero tampoco son secretas.
Mi propuesta de hoy va dedicada a aquellos y aquellas de vosotras que os cuesta un poco el dibujo o que necesitáis trabajar rápido. Vamos a partir de fotografías. Obviamente deben ser fotografías nuestras, no estoy hablando de tomar fotos de Google para esto, por supuesto que no. Las fotografías deben ser propias.
Imaginad que tenéis que documentaros para la ambientación de unas ilustraciones y visitáis un determinado lugar. Seguramente tomaréis fotos, porque ir con la libreta y el lápiz nos llevará mucho tiempo y se nos podrán escapar matices, detalles, luces, colores… que con podemos recoger fotográficamente con el móvil. Usaremos esas fotos directamente.
Para plantear esta propuesta en la clase de «Técnicas de ilustración» tomé fotografías de determinados rincones del aula para trabajar dos cosas o para buscar dos objetivos: el primero de ellos era la búsqueda personal de una línea o un trazo que ya habíamos trabajado cuando tuvimos la clase dedicada a rotuladores, tinta, plumillas… Recientemente escribí por aquí «Introducción a técnicas de entintado para ilustración y cómic», y hace ya más tiempo «Ilustraciones con plumillas y tinta china». Incluso escribí sobre «Herramientas (y usos) poco comunes. Hoy: el tiralíneas». Otro objetivo será el de utilizar distintas técnicas rápidas de acuarela. Sobre acuarela tengo escrito: «Pruebas básicas (pero que muy básicas) con acuarela», y «Máscaras y capas con acuarela», que son cuestiones que habría que trabajar antes. Otra cuestión importante que tenemos que considerar es que, como vamos a usar una línea negra y sobre ella vamos a aplicar una técnica húmeda, debemos observar bien los materiales que usamos para que la tinta del rotulador (si usamos rotulador), sea permanente y que el agua lo no nos disuelva la línea. Por aquí explico este asunto: «Alianzas imprescindibles: la línea negra y la acuarela» .
Bueno, perdonad el párrafo anterior pero quería enlazaros artículos relacionados. Voy a tomar esta fotografía del fregadero de clase hecha por mí en el aula. No es una maravilla de espacio pero me interesaba para después trabajar con la acuarela determinadas superficies, sombras, reflejos, etc.
Como voy a calcar la foto, la voy a simplificar primero y para ello, en Photoshop hay un filtro que se encuentra en «Filtro > Estilizar > Hallar bordes» que me viene que ni pintado 🙂 para conseguir que el software detecte bordes, que será lo que yo vaya a calcar.
En la mesa de luz es donde hay que interpretar ahora esto. Tengo también la fotografía sin el filtro presente para ir decidiendo cosas. Voy a hacer varias propuestas. Aprendemos más si probamos cosas distintas que si nos quedamos con lo primero que hacemos. Al final hice tres ejercicios. Usaré distintos rotuladores y cambiaré el tipo de trazo, desde líneas más controladas hasta trazos más sueltos.
Se me olvidó hablar del papel. Necesitaremos un papel con cierto grosor que sea adecuado para acuarela. Este es un Canson para acuarela de 300 gr/m2. La cinta adhesiva también la he puesto antes de rotular para marcar un margen en la ilustración. Podríamos hacer la acuarela sin la cinta y después recortar ese área con Photoshop. Yo a veces pongo la cinta solo por el gusto que me da quitarla 🙂
Después de asegurarnos que el entintado esté seco (habrá que hacer pruebas de esto, claro), hago unas manchas generales con acuarela. Una en el fondo y otra en el fregadero. Tampoco vamos a buscar ser fieles a los colores, me da igual, de hecho podríamos modificarlos porque al fin y al cabo somos nosotros los que decidimos el tipo de ilustración o imagen que queremos. Aquí no estamos trabajando como dibujantes ni como artistas, sino como ilustradores y generadores de imágenes. Una alumna que hizo esta misma imagen puso varias gotas de sangre. ¡Perfecto!: estamos generando imágenes y además incorporamos narración. Podría ilustrar un relato de asesinatos o lo que sea.
Siguiendo el sistema habitual de la acuarela de trabajar por capas, esperamos (si así lo queremos) que las primeras capas estén secas para ir aplicando las siguientes, tanto para colorear las herramientas que aparecen a la derecha de la imagen como en las sombras arrojadas y el fondo del fregadero.
Propongo hacer un trabajo rápido. La velocidad del trabajo estará más supeditada al tiempo de espera del secado de capas de acuarela que al tiempo empleado para manchar con ella. Si somos muy impacientes podríamos ir haciendo varias versiones a la vez de manera que, mientras se seca una, vamos trabajando en otra.
Y aquí abajo veis uno de los momentos más satisfactorios de todo aquel que hace acuarelas 🙂
Esta de aquí abajo sería una de las propuestas. Está entintada con un rotulador más o menos grueso. La acuarela también está contenida y se ha esperado a que las capas inferiores se secaran antes de aplicar las últimas.
Para esta otra he utilizado una línea más o menos fina, dibujada con cuidado y sobre ella una acuarela contenida sin «salirnos mucho de la raya», para la que he utilizado en algunas zonas la técnica de húmedo sobre húmedo, de manera que se han aplicado segundas capas antes de que las primeras estuvieran secas del todo.
Esta es la última propuesta en la que tanto el rotulador como la acuarela han sido mucho más expresivas y rápidas sin respetar casi nada. Como veis el resultado es muy distinto. Ni mejor ni peor, son soluciones diferentes que nos dan como resultado una serie de imágenes personales que tendrán que estar en la línea de lo que el cliente o el proyecto requiere, porque un ilustrador al final está sometido a eso.
Necesito comentar algo con respecto a la diferencia entre un ilustrador y un dibujante o entre un profesional de la ilustración y un artista. En todos estos ámbitos hay lugares comunes, hay herramientas, técnicas, lenguajes idénticos pero debemos atender a que un ilustrador es un creador de imágenes al servicio de un objetivo comunicativo concreto. Esas imágenes se podrán obtener, por supuesto, a través del dibujo o desde visiones más artísticas, pero para entender esta profesión y no sufrir disgustos innecesarios, es importante aterrizar y entender que una ilustración es un trabajo por el que nos van a pagar. Estamos creando imágenes para un fin concreto para otras personas que, en muchas ocasiones, pueden tener visiones de las cosas diferentes a las nuestras. Salvo aquellos proyectos personales que siempre se están desarrollando, muchos de los trabajos que dan de comer a los ilustradores son encargos muy concretos de editores u otras personas que van a pagar para que les hagamos unas imágenes concretas. «Ilustraciones alimenticias», se llaman.
Perdonadme esta charla pero suelo tener ciertas discusiones con algunos alumnos y algunas alumnas cuando les pido que calquen fotografías. Suelo percibir expresiones raras y comentarios de los que deduzco que creen que les estoy invitando a engañar o a defraudar a alguien. El dibujo es importante, es muy importante, pero ¿podemos hacer ilustraciones sin saber o sin querer dibujar? Yo creo que si porque, como digo arriba, lo que debemos pensar es que estamos generando imágenes y pueden realizarse imágenes sin dibujar. No hay ningún tipo de engaño, salvo que se vaya diciendo por ahí que la ilustración se ha obtenido a partir de un dibujo del natural. No sufráis.
Alberto Albarrán
Profesor del cuerpo de Artes Plásticas y Diseño. Da clase de "Técnicas de Expresión Gráfica" y de "Proyectos de Cómic" en los Ciclos Formativos de Ilustración y de Cómic en la Escuela de Arte de Ávila.
Website : http://www.albertoalbarran.com
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