Creo haber juntado una pareja más dispar que la que formaron Jack Lemmon y Walter Matthau en la película «La extraña pareja» (Gene Saks, 1968). No lo sé. A veces cuando combinamos técnicas pensamos en aquellas que generalmente son más afines, más similares… o aquellas que se complementan, pero a mi me resulta divertido probar técnicas aparentemente opuestas que también creo que se complementan porque aportan una expresividad diferente creando un contraste muy interesante, a mi parecer. En esta ocasión he mezclado una técnica controlada, fría y plana (en este caso) como puede ser la técnica digital, con la expresividad, calidez y hasta aleatoriedad y control reducido de las manchas de un carboncillo.
También voy a invertir el orden o tratamiento que podría esperarse, porque podríamos hacer un diseño con carboncillo, escanear y trabajarlo en digital (proceso similar del que hablé en mi último artículo «Cómo sacar los colores a una ilustración hecha con rotulador negro«), pero en esta ocasión lo haré al revés: sobre un diseño planificado a través de medios informáticos, completaré y terminaré la ilustración con carboncillo.
En primer lugar planteo un diseño, muy simple, como hago otras veces (pensaréis que sólo sé hacer casas, árboles y perros… yo también lo pienso) y decido qué elementos de la ilustración hago en digital y cuáles dejo para el carboncillo. He usado un software de edición vectorial como Illustrator.
Después imprimo esas manchas intencionadamente geométricas y planas para contrastar con formas, luces, sombras y texturas hechas con un trozo de carboncillo.
Con el carboncillo podemos crear manchas amplias y podemos jugar con la textura del papel (en este caso es un papel de oficina normal de 80 gr.). Si el papel no es muy grueso podemos colocar debajo papeles o texturas diferentes para trasladarlas a la mancha que creemos. Si os fijáis en las rayas horizontales que aparece en la textura en la imagen superior son líneas que han aparecido de forma aleatoria y no buscada, pero si creamos algunas formas debajo, con papel recortado, por ejemplo, se podría controlar más la textura final. De momento no me importa porque también me interesa cierta aleatoriedad.
Junto con el carboncillo voy a usar un difumino y gomas de borrar (normales, moldeables o afiladas). El difumino debe estar preparado. Veo a mucha gente que lo usa sin preparar tal y como lo compramos, prensado y duro como una piedra. El difumino debe golpearse para que se ablande y hay que presionar un extremo para crear una punta más afilada. Junto al difumino debemos tener siempre un papel de lija para ir limpiándolo, o una cuchilla para ir afilándolo.
He probado a dejar zonas con la textura del carboncillo y otras las he matizado con el difumino o con el dedo, usando máscaras con papel para proteger áreas…
La idea de hacer ilustraciones pequeñas con materiales grandes me resulta interesante porque jugando con esos trozos grandes evitamos perdernos en detalles, generando una ilustración con gran fuerza.
Con la goma de borrar también se pueden limpiar o definir zonas y usarla para sacar blancos. En este ejemplo la he usado para dibujar un camino.
En definitiva. Pretendo presentaros nuevas técnicas o técnicas que seguro que conocéis pero que si las vemos desde otro punto de vista se abren nuevas posibilidades. La idea de diseñar e imprimir y continuar la ilustración sobre lo impreso creo que es interesante y se puede usar con otras técnicas. La única limitación de esto es el papel, que deberá ser un papel no muy grueso que pueda pasar por la impresora.
La idea de usar carboncillo forma parte de mi propuesta de no descartar ningún material, por muy raro que pueda parecer, ya que no es una herramienta muy generalizada en el mundo de la ilustración (creo yo).
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