Escribo a continuación unas ideas para trabajar una técnica con lápices de colores. Sobre estos materiales ya he escrito otros artículos en esta web que os recopilo por aquí:
- Introducción general a los lápices de colores. Aquí recojo unos pocos tipos de lápices de colores con los que suelo trabajar y hago pruebas para conocer su comportamiento y poder comparar.
- Técnicas con lápices de colores. En este artículo hago una misma ilustración con tres formas diferentes de usar los lápices de colores.
- El lápiz blanco: difuminador y mezclador. Es un breve artículo sobre cómo utilizar el lápiz de color blanco para mezclar los colores sobre los que lo apliquemos.
A todos nosotros de jóvenes, en el colegio o en el instituto, nos han enseñado que hay unos colores que son los colores primarios: el cian, el magenta y el amarillo (primarios en la síntesis sustractiva), y que junto con el negro y el blanco se pueden crear todos los demás colores. Quién no ha hecho ese maravilloso a la par que aburrido círculo cromático con témperas… Bueno, yo en clase de Técnicas de Ilustración en la Escuela de Arte no llego a pedir esto, pero sí que hacemos un ejercicio muy sencillo que nos va a ayudar a entender el poder o la capacidad de mezcla que tienen los lápices de colores.
De nuestra caja de lápices de colores vamos a tomar aquellos tres colores que más puedan parecerse al cian, al magenta y al amarillo. No van a ser exactamente los primarios pero nos van a valer. La idea es la siguiente: Teóricamente tendríamos que ser capaces de hacer una ilustración a color con tan solo estos tres colores. Hagamos una prueba sencilla antes de hacer una práctica más compleja. Yo voy a tomar tres marcas de lápices de colores diferentes (son las que tengo. No estamos patrocinados) y voy a mezclarlos por parejas de manera que pueda obtener los colores secundarios: el rojo (magenta + amarillo), el verde (amarillo + cian) y el morado (azul + magenta), y también conseguiré ver la mezcla de los tres. Tengo esto:
Son colores aproximados, recordemos esto, porque los resultados podrán ser diferentes según el tipo de lápices que tengamos. Dejemos la teoría a un lado. Os invito a realizar la siguiente práctica: Tomad el amarillo y el azul y haced la ilustración de algo verde. Por ejemplo, una manzana:
En esa imagen os muestro las fases. Empezamos por el amarillo con el que damos una base general (ya que todo será verde). Después comienzo con el azul para buscar el tono verde en la mezcla. Volvemos a insistir después con el amarillo para enfatizar ya unas zonas frente a otras (zonas luminosas o zonas en las que quiero un verde más amarillento). Continúo con el azul insistiendo más en las zonas más oscuras y en zonas como la hoja superior que quiero que tenga un tono más azulado, por ejemplo. Al final podríamos intervenir con el negro para apuntar algunas sombras más y ayudar al volumen pero ya es suficiente para entender la capacidad que tienen los lápices de colores de conseguir colores a través de la mezcla.
Ilustración botánica con lápices de colores
Si podemos hacer esto con dos lápices de colores… ¡qué no podríamos hacer con muchos más! Ahí entramos en la siguiente práctica en la que os propongo buscar los colores de un modelo presente delante de nosotros y tratar de replicarlo. Hago ahora un guiño a la ilustración científica y más concretamente a la ilustración botánica, una especialidad muy interesante de la ilustración a la que no debemos perder la pista (en mi web tengo un apartado con enlaces de interés entre los que incluyo algunos enlaces relacionados con la ilustración científica).
El ejercicio consiste en tomar una hoja de un árbol o arbusto de esas con las que nos tropezamos en las aceras en los días de otoño. La riqueza de marrones, ocres y verdes que podemos encontrar es maravillosa. Una de las primeras cosas que debemos hacer es observar qué colores vemos en la hoja y hacer el «casting» de colores que vamos a utilizar (o que pensamos utilizar). Os muestro en fotografías un poco el proceso en tres ejercicios diferentes.
Por cierto, para esta práctica ni me molesto en preocuparme por el dibujo. He colocado la hoja del árbol sobre el papel y he silueteado la forma con un lápiz de color (nada de grafito, por favor). La práctica es sobre la técnica y no sobre el dibujo. No son trampas (como me dicen mis alumnos). La trampa sería deciros que la he dibujado cuando no es así. La profesión de la ilustración va más allá de consideraciones artísticas y de habilidades personales, pero ese es otro debate en el que no voy a entrar ahora. Ahora me interesa el lápiz de color nada más.
Este ejemplo de debajo lo realizo con lápices de colores Supracolor de Caran D’Ache. En primer lugar damos una base general de color. El color dominante que veamos en la hoja (verde, marrón, amarillo…) y a partir de ahí vamos añadiendo más colores y vamos insistiendo más.
Esta técnica no es una técnica rápida ni mucho menos. Es un proceso lento, que lleva mucho tiempo. Los lápices deben estar bien afilados. Debemos ir de lo claro a lo oscuro y de los colores generales a los colores de los detalles. Reservar los claros… Es como un proceso de revelado en el que vemos cómo la imagen va apareciendo poco a poco.
Advertencia: No tardéis muchos días desde que recogéis las hojas porque se irán secando y poniendo feas. Aquí veis el ejemplo:
En definitiva el objetivo fundamental era el de trabajar la búsqueda de colores y la mezcla de tonos del lápiz de color y de ver si somos capaces de conseguir esas mezclas, degradados y, sobre todo, si nos hemos divertido y si nos hemos podido relajar un poco. Es lo importante para aprender, por lo que si no se parece mucho o si nos hemos tomado algunas licencias, no hay por qué preocuparse.
Como es una práctica que realizo todos los años en clase de Técnicas de Ilustración cuando comenzamos con los lápices de colores, tengo fotografías de otros ejemplos. Aquí abajo he realizado este ejercicio con lápices Polychromos de Faber-Castell. Veis primero el «casting» de colores y debajo el resultado final.
Y otro ejemplo más. Este un poco más verde para cambiar y que no se gasten siempre los mismos colores. Una hoja de hiedra realizada con Polychromos de Faber-Castell.
Un «truquito» para darle un poco de gracia, es que no os olvidéis la sombra de la hoja sobre el papel. Asienta más la composición y no parece que la hoja esté volando.
Espero que os haya gustado. Gracias por leer hasta aquí.
Alberto Albarrán
Profesor del cuerpo de Artes Plásticas y Diseño. Da clase de "Técnicas de Expresión Gráfica" y de "Proyectos de Cómic" en los Ciclos Formativos de Ilustración y de Cómic en la Escuela de Arte de Ávila.
Website : http://www.albertoalbarran.com
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