Si no sois habituales a los lápices de color tal vez hayáis pensado que para qué se usa el lápiz blanco. Seguro que se os ocurre que para cuando el papel no sea blanco… Si probáis esta técnica el lápiz blanco resultará ser el más pequeño de la caja de colores.
Propongo que empleemos el lápiz blanco como mezclador o difuminador. Probad a colorear una zona con un color como en este ejemplo. Si hacéis un degradado descubriréis más matices:
Sobre esa base aplicamos el lápiz blanco e iremos viendo cómo el color de debajo se va mezclando, se va fundiendo, y se crea una textura nueva. Si el color de base, como en el ejemplo, es oscuro, el blanco nos aclarará el tono final, eso es importante tenerlo en cuenta.
Abajo os muestro dos ilustraciones distintas. Para la primera he empleado lápices de color. En algunas zonas mezclo varios colores para crear transiciones, sombreados, etc, pero permito que se aprecie la textura del lápiz sobre el papel y no me importa que se vean «blancos». Para la segunda ilustración he hecho lo mismo pero una vez terminada he aplicado lápiz blanco sobre ella. Lo que consigo es que los colores se fundan, se mezclen y, dependiendo del papel, la presión que hagamos, etc, conseguiremos un aspecto diferente, una textura distinta, como de terciopelo.
A muchos de vosotros, ilustradores, no os he descubierto gran cosa, seguro que esto lo conocéis y a veces empleáis otros colores para mezclar o difuminar (grises claros, azules para sombras…) o incluso los mezcladores o «blenders» que comercializan algunas marcas unos más blandos que otros… Pero muchos alumnos de ilustración desconocen las posibilidades del lápiz blanco. Una vez que las conocen, como decía al principio, terminará siendo uno de los colores más utilizados de sus cajas.
Me encantaría recibir comentarios al respecto de los lápices blancos o mezcladores y que compartáis con nosotros vuestras propuestas, ideas e ilustraciones. ¡Animáos y aprendemos todos!
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