Estaba yo un día diseñando un personaje con trozos de papel cuando de repente se me ocurre animar al personaje con la técnica del stop-motion. Así es la cosa. Os cuento primero cómo he hecho la ilustración y después la animación:
La ilustración está hecha con la técnica del collage. Es una de mis favoritas. Para ello parto de papeles con distintas texturas. Tengo varias cosas escritas por aquí sobre texturas («Texturas, texturas y más texturas» o «Texturas analógicas para ilustraciones… analógicas«). Soy un pesado con las texturas. He pensado en Pinocho y voy a buscar la textura de la madera principalmente.
Para buscar esa textura mancho con rotulador marrón un trozo de goma eva de manera que al imprimir con este «sello» sobre un papel amarillo me crea cierta textura. Para simular las vetas de la madera marco en la goma eva, con el reverso de una cuchilla o con un punzón, unas líneas onduladas. Sobre esas incisiones os diré que, si no apretamos mucho, nos dejará una línea blanca, pero que si apretamos mucho la tinta se meterá por dentro y aparecerán oscuras. Es curioso. Probad.
Bueno, pues hago varias «impresiones» de manera que pueda tener variedad. Unas veces presiono mucho, otras menos, en otras ocasiones aplico mucho rotulador, en otras ocasiones echo menos.
Después, con la cuchilla en mano, empiezo a recortar cada una de las piezas que quiero para la ilustración. Aunque siempre hago este tipo de ilustraciones por piezas, en esta ocasión me viene al pelo el propio personaje de Pinocho, ya que está construido con piezas y juega a mi favor. Necesito madera para la cabeza, la nariz, el cuerpo, los brazos y las piernas. El cuerpo lo cubriré con un peto azul, sencillo, que obtengo tras imprimir también texturas con un rotulador azul sobre papel azul también.
Pues como os decía, una cosa lleva a la otra y se me ocurrió lo del stop-motion que también es lo que ha motivado que escribiera este texto. Voy a plantear una animación muy sencilla en la que tan solo voy a «animar» la nariz, pero podría haber hecho al personaje caminando, saltando, por ejemplo.
La técnica del stop-motion es tan antigua como el propio cine. Si queréis saber más sobre los orígenes de esta técnica podéis ver un reportaje en el siguiente enlace: https://www.rtve.es/noticias/20180130/animacion-stop-motion-cine-como-creador-vida/1669101.shtml
Tengo que tomar fotografías de cada uno de los pasos, cuadros o «frames» que, una vez puestos uno a continuación del otro, hará la simulación de movimiento. Usaré el teléfono móvil y la aplicación «Stop Motion Studio», aunque seguro que podemos encontrar otras parecidas, esta nos sirve para entender el funcionamiento del asunto. Podríamos incluso hacerlas sin más las fotografías y después crear una animación con algún software en el ordenador.
Esto de aquí arriba es lo que veo en la pantalla del móvil. Colocado sobre un soporte estable (no se debería mover) encuadro al personaje e ilumino (pongo iluminación difusa: un flexo orientado hacia una pared blanca) esta aplicación me permitirá ir haciendo fotografías mientras veo superpuesta las fotografías anteriores para saber cómo estoy generando el movimiento. En la imagen véis que estoy haciendo que la nariz vaya haciéndose cada vez más pequeña y por debajo podemos ver las posiciones anteriores. Para dar un poco más de gracia he movido un poco algunas partes del cuerpo y he cambiado el ojo en varias imágenes para que pestañee un poco. Luego lo véis.
Con respecto a la velocidad, la aplicación también nos permite cambiar la cantidad de imágenes por segundo que veremos en la animación. Para una misma cantidad de fotografías, cuantas más imágenes veamos por segundo mayor velocidad tendrá. Si ese mismo número de imágenes lo repartimos en más tiempo, lo veremos más despacio. La sensación de velocidad o el detalle en las transiciones entre imágenes dependerá también de si los movimientos los hacemos de poquito en poquito o si hacemos que entre cada una de las imágenes haya grandes cambios. Si hacemos que la nariz crezca muy poco a poco y ponemos muchas imágenes por segundo, apenas notaremos los saltos y la secuencia parecerá más suave, mientras que si hacemos pocas fotografías o presentamos pocas imágenes por segundo, notaremos muchos saltos. Todo esto habrá que tenerlo en cuenta también desde un punto de vista tanto técnico como narrativo. La animación que os presento abajo está a 8 imágenes por segundo y está compuesta por 60 fotografías (¡y eso que es sencilla!).
Os dejo aquí la animación. Es muy breve porque no es más que la nariz creciendo y volviendo a su lugar. La pongo dos veces para que lo veáis mejor. No subáis el volumen que no hay sonido. Lo que si hay son extras al final del vídeo, ¡cuidado!, que os dejo el making of y todo, como las buenas superproducciones.
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