
Este es un ejercicio muy simple y bastante resultón que propongo a los alumnos de ilustración y que os invito a que probéis. El objetivo último es buscar la simplicidad en las formas a la hora de diseñar un personaje, tema éste que ya hemos tratado en otro artículo publicado aquí: «Diseñar personajes: una práctica útil si no sabes dibujar». En esta ocasión, para conseguir simplificar y no perdernos en detalles vamos a reducir el tamaño de la ilustración y a reducir los materiales solo a dos: un rotulador de color que emplearemos para la mancha general, y un lápiz de color para crear volumen y aportar algunos detalles importantes para la personalidad del personaje. Ambas técnicas funcionan muy bien juntas ya que el rotulador no modifica la textura del papel y es como si pintáramos sobre papel de color.
En primer lugar elegimos dos colores cuya combinación nos guste. Si habéis echado un ojo a mi anterior artículo tendréis bien organizados vuestros rotuladores. No tiene por qué ser uno más claro que otro. Probad. También es muy divertido y muy creativo buscar colores no realistas. Podría haber elegido un azul o un verde… pero no un marrón. Probad esto también (aun así, veréis al final cómo podemos cambiar el color de manera digital). He elegido también un lápiz de un color más oscuro que el rotulador para aplicar el sombreado. Ambos son del mismo color pero de distinta tonalidad.
Se hace la base general con el rotulador como si fuera la silueta del personaje y, dependiendo del tipo de rotulador y del tipo de papel podremos insistir o repasar más en unas zonas que en otras para acumular más pigmento de manera que el color que apliquemos con el rotulador sea más o menos plano en función de nuestro trabajo. Podemos probar a hacer esto con el rotulador húmedo o después de que haya secado. En este segundo caso quedarían las líneas que limitarían la segunda capa. Si se hace sobre húmedo funcionaría parecido a la acuarela y se mezclaría el color a modo de degradado, como véis en la foto de arriba.
Una vez seco (si el rotulador es al alcohol no tardará mucho), con el lápiz de color marcamos el volumen y dibujamos algunos detalles. Tenemos que usar un lápiz de color bien afilado y probar antes qué tal funciona junto con el rotulador.
Intentad hacer una ilustración de pequeño tamaño para no tener demasiado espacio para añadir cosas. También podéis jugar a poneros un tiempo muy corto para forzarnos ir al grano, algo así como 30 segundos… ¡A ver qué os sale y me lo enseñáis!
Opciones digitales para este trabajo
Siempre podemos digitalizar el trabajo y modificar el color de nuestra ilustración de manera que podemos encontrar resultados alternativos una vez terminado. Esto nos ayuda también a no preocuparnos por la elección de los colores. Hay varias formas de hacerlo, os propongo una muy sencilla con Photoshop que es ir a «Imagen» > «Ajustes» > «Tono/saturación…» y en el panel que aparezca podremos modificar el «tono» y obtener resultados diferentes:
Si os fijáis he empleado mucho el verbo «probar» y es que son muchas las variaciones o posibilidades de cada técnica por muy pocos materiales que tengamos así que eso: ¡probad!
1 responses on "Alianzas imprescindibles: rotuladores y lápices de colores"